Socávame la piel,
Pellízcame las uñas del raciocinio,
Inyéctame al cascarón del ombligo
la simpleza de tu lisonja
el pueril follaje extasiado
Acaríciame sin propina
Horademos las
arterias de la urbe
Extiéndeme, laxo, dendríticamente
como la nervadura secundaria
acudiendo al encuentro del limbo
Persuádeme el sentimiento
Anúlame el alboroto en la mirada
Aletéame con tu soplido amarillento
Haz de mi lo que haces con el calor,
lo que el Acer
hace con el fuego
Abrázame con manos de limón maduro
Penétrame en el rostro tu acuarela
Y caigamos juntos al lecho de este ciclo
Como caen las hojas
dejándose renacer
30/04/2014
Fotos: Rodrigo "Yoyo" Arias
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