Si el fin del mundo ha de llegar
que nos pille desprevenidos
saltando desnudos en los bancos de una plaza
cortando las rejas inventadas en su perímetro,
que anden los perros fumando el olor a tilo enamorado
que emanarán los árboles al besarse con el sol
Si el fin del mundo ha de tomarnos por las astas
que nos sorprenda plácido en una habitación
triturando con los dientes un pedazo de chocolate,
conjugando transpirados las caras ocultas de la luna,
con una copa de cabernet espiando en la ventana
y el bandoneón de Astor aturdiendo al vecino
Si el fin del mundo ha de bañarnos el pescuezo
que encuentre a esta ciudad revolucionada
que se amontonen los pájaros en bandadas
y descuelguen el smog del surtidor del cielo;
que los empleados anden chayando trajes de patrones
y los adoquines se despierten exaltados a bailar carnaval
Si el ansiado end del mundo ha de tajearnos la frente
que no denote ni un gramo de ansiedad en nosotros
que caigan como cataratas los placeres del burgués,
que broten repentinos los cogollos de la planta,
los edificios han de escupir viandas para el pueblo
y se perderá el wifi de las alienantes rutinas enlatadas
Si el temido fin del mundo ha de golpear la puerta
que nos descubra con la cara pintada de solsticios,
parados en la alegoría de un escenario
mirando vibrante los ojos de fulano
esperando que los astros acudan a estallar lagrimales
y así robarle al lacónico tiempo una cuota de algarabía
Pero si el fin del mundo no ha de venir por nosotros
que el nuevo año nos invierta las combinaciones
que nos ponga el corazón abierto en las manos
con dos medianas ruedas soldadas a las piernas
una taza de confianza adosada al tuétano
y nos saque a pasear libres en sus filminas
T!nCh0
31/12/2014
Fotos: Angel Arancibia
