Junté un puñado de diarios sueltos
los doblé hasta encontrarle forma,
y me fui a
andar en alta mar
con mi
barquito de papel,
tras un
brillo de Luna
Cargué un
par camperas para el frío,
un puñado
de flores impotentes,
media
tacita de esperanzas
una
cantimplora sedienta de vino
y los ojos
de mi propia locura
entre estas
olas que golpean,
que
aparezca en la noche oscura
y me lo
diga sin resquemor.
Yo muy claro no lo tengo,
soy
marioneta de un viento voraz
Sólo se que
llevo impregnado
un perfume
que se ha vuelto rancio
con el
correr de los días,
y la frente
un poco más gastada
en las
líneas que exhiben mis gestos
No me
hablen de certezas por favor,
del
poniente en la madrugada,
de brújulas
compañeras,
de
tormentas que se apagan.
No más
zarazas, no
Prefiero
elevar mi canto
en los
aires de ésta nada,
imaginar
que estoy sonriendo
en los
verdugos de mis risas,
restar de
mi mochila
lo que ya
no haga falta,
y sentarme
a tomar un mate
dejando el
timón a su antojo
Prefiero
ser yo mismo
con el
dolor que elija
con las
falacias de mi diadema,
y no
esperar las promesas
de un
rescate de pura pena
Prefiero
empuñar este papel mojado
creyendo en
su paciencia,
creyendo en
mi dureza
y resistir
juntos el vendaval del tiempo
hasta
volver a correr desnudo,
quien dice, en alguna otra primavera
T!nch0
30/09/2013
Fotos: Claudia Serrano
Fotos: Claudia Serrano