¿Qué esconden en su aleteo
aquellas aves de sangre caliente
que atraviesan la atmósfera de mi patio?
Tan ágiles como imprudentes
van dibujando en la claridad del edén
acrobáticas ilusiones libertinas
¿Andarán queriendo arrebatar
las semillas que dejé acostadas en el jardín?
¿Desearán invitarme tímidamente
a espiar el barrio desde lo alto?
¿Pretenderán llevarse en sus plumas
la imagen alegórica de mi ventana?
¿O simplemente estarán sirviéndose
la mermelada rancia de mi cielo
migrando hacia otros veranos,
otras alas, otros techos?
Acostado
contemplo el cielo despejado del medio día, el sol encandila los mojones de
esta ruta aérea sin radares, me entretengo sobrio observando el tránsito
descongestionado del celeste, mientras mi piel comienza a tomar rugosidades por
tantos enigmas que vibran desde el nido. Y así me quedo casi tranquilo, casi ansioso,
esperando que algún ser volador se atreva a bajar a chusmear las piedritas de
mi recinto. Pobre de quien se autoproclame valiente, que prepare su piquito,
este vendaval de preguntas lo están esperando.
T!nCh0
16/09/2015
Fotos: Rodrigo Arias
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