Entra caníbalmente en mi,
sacúdeme este paladar amargo
baña mis tímpanos de miel
Atraviésame,
desenfunda tu flecha en mi pecho,
desmantela este capuchón indiferente
Arróllame,
atropella el reloj de mis venas
degolla a los duendes de mi almohada
Ábreme,
libera el zorzal atascado en mi garganta
deja correr mi sangre en tus rizomas
Acéchame,
germina tus gladiolos en mi barba
haz brotar lirios de mis poros
Arrímate,
que no se quien diablo sos,
mucho menos si te cabe la realidad
Veo el deseo reflejado en la pared
con las caras desconocidas del mañana
y un disco pare al confortable desamor
Escribo esto mientras afuera la primavera sonríe como un niño conociendo su nuevo juguete o como sonríe un poeta pariendo sus nuevos versos; y al lado mio hay un alumno preocupado, jugándose su permanencia en la escuela rindiendo un estúpido examen final...Qué plural a veces son las horas que corren.
T!nCh0
08/10/2014
Fotos: Claudia Serrano
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